Volver a contar un cuento clásico no siempre es una tarea sencilla, pero cuando se junta un talento para hilvanar palabras y otro para coser dibujos, el resultado puede ser este libro impecable y cuidado hasta en el menor detalle: El traje nuevo del emperador habla de aquel rey que todos recordamos, un adicto a la moda; de los vasallos obsecuentes y de unos pícaros que sacan buen partido de la falta de honestidad de los demás; habla también de una nena que no teme decir lo que ve y expone la verdad en toda su desnudez. Pero también es un libro (enorme y colorido) que habla de la tarea de componer una historia, de moldear y construir unos personajes artesanalmente, de poner el color donde hace falta para armar un libro que, a veces, muestra sus propios hilos sueltos y los pliegues del material con que está hecho. Los moldes de costura, los pespuntes y las tijeras aluden de frente a la tarea de hechura. El libro está repleto de guiños y desvíos para el lector que conoce esta historia y que sabe del género: "Hace poco, poco tiempo... en un reino no tan lejano..." invierte la fórmula de inicio de los cuentos tradicionales exhibiendo la versión, que es también una confección novedosa a partir de un material preexistente. Y un final que permite descubrir más diferencias. El trabajo de Singer es notable e innovador, el collage se arma con telas cosidas por la artista montadas sobre ilustraciones y todo el conjunto, a su vez sobre fondos con cortes y pliegues, de colores tan prodigiosos como los que venden los modistos del rey. Un libro que puede resultar, como la tela con que se hace el traje nuevo del emperador, "delicado para quien aprecia la sutileza, deslumbrante para que encante a todos. Incomparable, para que lo desee el rey"