Lady V. ha resuelto ser una mujer sofisticada, sin ataduras, desdeñosa de los compromisos. No le importan, incluso, las maledicencias y las murmuraciones que se hacen sobre su nombre. La libertad en su vida cotidiana, la liberalidad en el amor, la espontaneidad de sus decisiones la guían hasta que optar se le haga ineludible: hasta que su deseo la obligue a elegir. Valery, lady V., es una mujer criada entre lujos e ideas renovadoras. Su familia aprueba que le tenga una famosa aversión al matrimonio; aprueba, también, que pese a su soltería se vincule con hombres, que no se atenga a lo que las matronas dictan para las jovencitas debutantes en los bailes que se celebran temporada a temporada. Hace tiempo, todos lo saben, lady V. mantiene un vínculo afectivo con un caballero. Aunque coquetee con otros, siempre vuelve a brazos de ese único hombre. Todo le parece que está en perfecto equilibrio, está contenta con la manera en que lleva su vida, hasta que él le propone casamiento. Allí es cuando todo lo que había planeado parece desmoronarse. No quiere romper la relación, pero tampoco tiene intenciones de casarse.