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Pierre Bourdieu

Pierre Bourdieu

Pierre Bourdieu nació un 1º de Agosto en la localidad pirenaica de Denguin, una aldea pobre ubicada al sudoeste de Francia. Este hecho no es menor para Pierre ya que luego, en sus años de éxito académico, dirá (con sus propias palabras) que el haber nacido en un pueblo agrícola, en el interior de Francia, lo convirtió en un académico no-parisino, relativamente marginal, vislumbrado en sus costumbres y en su marcado acento provinciano, por ejemplo. Pese a su humilde origen, es el propio padre de Bourdieu (un aparcero devenido en cartero que nunca terminó el secundario) quien lo impulsa a formar parte de los reductos educativos más exclusivos de Francia, incribiéndolo en el Lycée de Pau (1941 a 1947) y luego en el Lycée Louis-Le-Grand (1948 a 1951) para culminar su prolífica carrera estudiantil en la prestigiosa École Normale Supériure (1951 a 1954), una de las grandes escuelas francesas, considerada en su momento como la más importante y lugar de origen de reconocidos intelectuales como Sartre o Levy-Strauss, por citar algunos. Paralelamente a su paso por la Escuela Normal Superior estudia en la Faculté des lettres de París. Fue el primero de su curso pero nunca se sintió parte de la "élite intelectual" de la época, estableciendo con la misma una relación de mutuo rechazo que se reflejan en frases como "Mucho de lo que he hecho ha sido una reacción contra la Escuela Normal. Creo que, de no haber abrazado la Sociología, me habría vuelto muy hostil hacia los intelectuales. Ese mundo me horrorizó" aunque, amigos, no pensemos aquí acerca de Bourdieu en términos de personaje resentido: durante toda su vida, personal y académica, su teorización busco desmitificar a los "los dioses terrenales", "el papel de los iluminados", "las ciencias superiores", "la naturalidad con la que se viven ciertos hechos sociales" y tantas otras cosas de ese estilo. Su aire rebelde y crítico se manifestó en toda su prestigiosa carrera académica: su primer trabajo fue como profesor en Lycée de Moulins (1954-55), luego asistente en la Faculté des Lettres Dé Alges (1958-60) y en la Faculté des Lettres de París (1960-61), para luego convertirse en Coordinador de Conferencias en la Faculté des Lettres de Lille. Pero su primer cargo de importancia lo obtuvo en 1964 siendo designado como Director de Estudios en la Ecole Des Hautes Etudes en Sciences Sociales (EHESS). Este es el punto de quiebre a partir del cual comienza a desarrollar varios cargos de forma silmultánea como Encargado de cursos en la École Normale Supériure (1964-84); Director del Centro de Sociología de la Educación y Cultura en la EHESS y el centre Nationale du Researches en Sociologie (CNRS) además de participar en innumerables trabajos editoriales como la dirección de la revista Actes de la Recherche en sciences Sociales o su propia editorial Su consagración como intelectual de renombre ocurrió en 1982 cuando fue designado miembro del prestigioso Colegio de Francia a partir del cual comenzó a ser premiado en todo el mundo: Doctor Honoris Causa de la Universidad Libre de Berlin(1989), Premio Erving Goffman, de la University of California-Berkeley (1996), el Premio Ernst Bloch de la ciudad de Ludwigshafen, entre otros. Tratar de sintetizar el legado teórico bourdieuliano no es tarea sencilla ya que, como muchos grandes pensadores sociales, arribó todos aquellos aspectos de la vida relacionados a la desigualdad social. No está mal, de pronto, afirmar que el eje temático de su obra sea, ni más ni menos, que el ser humano y sus padecimientos. Tal vez haya sido el ejercicio de la enseñanza o bien su experiencia de niño humilde que estudia en la ENS, que lo llevaron a reflexionar sobre el sistema de enseñanza en libros como "La Reproduction", "Noblese D'Etat" y principalmente "La Distinction" (incluído por la Asociación Sociológica Internacional como una de las 10 obras de sociología más importantes del siglo XX)., su primer gran obra donde desmantela la mecánica perversa de un sistema educativo con un estructural mecanismo de separación y legitimación de las diferencias sociales los distintos mecanismos culturales de diferenciación social. Con originales categorías como "Violencia Simbólica" donde expone y explica la imposición de un arbitrio cultural determinado, es decir, nos habla de una escuela que reproduce el sentido común de los sectores sociales medios, enseña y califica a los alumnos desde ese bagaje que opera como un filtro "a priori" de la instrucción y la evaluación, y "Habitus" que nos permite entender el principio interiorización-exteriorización de los sujetos dentro de estructuras-estructurantes y estructurables y, que (¡ojo!), el autor toma no como limitante del accionar humano sino como elemento que permite entender mejor la predisposición a la acción de los actores a partir de su relación con la sociedad. "Quiero demostrar que la cultura y la educación no son meros pasatiempos ni su influencia es secundaria. Son importantísimos para afirmar y reproducir las diferencias entre grupos y clases sociales". Ahora bien, el autor encuentra que el "campo educativo" (entendiendo como "campo" al lugar de de luchas materiales y simbólicas donde se produce un tipo de capital particular (social, cultural, político, científico, etc) y donde se establece una lógica de funcionamiento acorde al mismo. no es el único escenario de dominación moderna) no es el único campo de dominación moderna sino que el más sobresaliente es el de la comunicación que, contrario a su propaganda de transparencia y audacia, desarrolla estrategias, desplegando cierta violencia simbólica que establece qué se considera normal y que no. Obviamente dichas concepciones se engloban en una teorización más general que podríamos ubicar dentro del plano cultural. En este sentido el planteamiento del autor ha sido eficaz no sólo contra el "culturalismo" (cultura pensada al margen del poder) sino también como una vertiente importante para cuestionar la teoría misma al concebirla como un poder nomotético capaz de decretar la unión y la separación de lo legítimo y lo ilegítimo. Lo simbólico, de esta manera, se levanta como un principio generador de cambio, al desenmascarar el "poder de hacer", de "imponer" costumbres, gustos, maneras de ser, pensar, vestir, oír, etc. Pensar en clave bourdieuliana significa "salir" de los lugares comunes ubicarse en el lugar de la duda pensando en dos alternativas posibles que el intelectual plantea: la reproducción o el cambio social, implícitamente ubicados entre estructuras y prácticas. Pensar la cultura es para Bourdieu, pensar en un ámbito lleno de "tensiones" libradas en los distintos campos, entre los cuales el lugar privilegiado lo detenta el "campo del poder" (innovador término con el cual decidió llamar al Estado) ya que el capital que está en disputa es el "estatal" y que funciona a modo de "tasa de cambio" valorizando o desvalorizando las demás especies de capital. Como dijimos toda la teoría de Bourdieu no tendrían real sentido sino hubiesen sido acompañadas por un accionar de lucha y oposición acordes a las denuncias establecidas. A medida que su carrera acadé

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