Cuando Mathilde Stangerson se retira a dormir en su cuarto del castillo Glandier, cierra la puerta con doble llave, y se encierra por completo, pero después, se oyen gritos y dos disparos provenientes del interior. Su padre y un criado intentan infructuosamente abrir la puerta del dormitorio mientras Mathilde sigue gritando, y se la oye decir "¡Auxilio, auxilio!, ¡Auxilio, padre, un asesino!". Cuando logran abrir la puerta, la joven se encuentra sangrando, en el suelo y con un golpe en la sien, pero no hay rastros del culpable ni existe ningún lugar por el cual pudiera haber escapado. El cuarto, sin chimenea y con una ventana enrejada, está lleno de sangre, y tiene marcas de una dura pelea. El misterio del cuarto amarillo de Gastón Leroux es, junto a Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe, una de las primeras y más apasionantes novelas del tipo "misterio del cuarto cerrado" en la que un crimen tiene lugar en una habitación a la que es imposible entrar y de la que resulta imposible salir.