Esta obra no sólo nos presenta una excelente revisión de los principios del Barroco que importan al psicoanálisis, sino también una reconstrucción de los fundamentos de lo imaginario, el falo y el campo escópico, en la particular relación de estas nociones con la teoría del objeto a. De este modo, se retoman algunas obras de arte visual trabajadas por Lacan, encontrando en ellas la estructura formal que permite articular y problematizar la relación entre el falo y la imagen, entre el vacío y su representación, entre la escena y el objeto a como resto. En definitiva, Lutereau consigue demostrar que las obras visuales de las que Lacan se sirvió en su enseñanza ocupan un lugar argumental y no meramente persuasivo. La precisión y el uso de referencias poco habituales para los psicoanalistas, al mismo tiempo que la claridad de la exposición y el rigor lógico de su argumentación, hacen de este libro un texto imprescindible. Sin duda un escrito donde la intersección de campos de estudio apuesta al enriquecimiento de ambas disciplinas y, especialmente, a la experiencia del lector.