La observación de la noche estrellada nos lleva al éxtasis. Pero ¿qué nos dice la luz que nos llega desde todos los rincones del espacio? Poco a poco los científicos descubren sus misterios porque han aprendido a descifrarla. Parece un sueño que desde este pequeño mundo podamos percibir el Universo. Pero es posible gracias a las enormes distancias entre los astros y a la naturaleza de la luz, que viaja a su velocidad finita: 300.000 kilómetros por segundo. Así, cuanto más lejanos están los objetos que encontramos, más habrá tardado su luz en llegar a nosotros. De esta forma podemos presenciar y ser testigos hoy de acontecimientos que ocurrieron en el pasado. En este libro, los autores -quienes han desarrollado una colaboración internacional fructífera de varios años y cuentan con decenas de artículos publicados- nos ofrecen los resultados del telescopio y la astronomía observacional y teórica.