Una anciana de corcho en un mundo de cartón, gente de cartón y papel,, de lana y arpillera. Gente diversa. Una lluvia que destruye todo, que se lleva sus casas. Y la Anselma que ayuda y moviliza a sus vecinos. Mientras la ayuda del rey parece una burla. El libro mantiene un ritmo de thriller, el río se va comiendo la aldea, algunos de los amigos de Anselma mueren en ese mar de barro que crece y crece. Y la Anselma se tira, flota y nada para ayudar. Y otros también de corcho se tiran y ayudan. La emergencia pasa, el río se retira, la reconstrucción comienza... y no les cuento más así lo leen. Los autores hablan desde su ideología. En este caso Iris Rivera y Luciana Fernández trabajan en eso, en mostrar al lector que flotar y ayudar a otros es la manera de escapar a la catástrofe. Es un libro con muchos niveles de lectura: por un lado es una historia de heroísmo y solidaridad. Es además una fuerte crítica a los gobiernos y una crítica a la forma que tiene el capitalismo de reconstrucción en casos de catástrofes sin resolver los problemas de fondo. Pero también puede ser mi imaginación y solo es un libro para chicos. De todas maneras observen la imagen final y a ver si les recuerda lo mismo que a nosotros. Del texto En un lenguaje llano, preciso (especialmente preciso) Iris trabaja la metáfora de la pobreza de los materiales asimilado a la pobreza de los aldeanos. El tono de cuento popular del texto permite la crítica social y la generaliza. De las ilustraciones Luciana Fernández sale de los formatos convencionales que se ven en la ilustración argentina. Experimenta con texturas y maneja con maestría los materiales logrando un collage potente que genera el clima necesario para la historia (solo sacarle expresiones al corcho ya es increíble!!). La paleta de colores es marrón y gris hasta que irrumpen los gobernantes. Es un libro cuidado y muy bien editado. La tipografía está elegida especialmente para dar un ambiente austero. Un diseño impecable, todo pensado para un proyecto que esperamos sea muy exitoso.