Porque al hablar de mi viejo me doy cuenta cuánto necesitaba sacarme cosas que tenía enterradas desde los dieciocho, desde antes, dieciséisy diecisiete años: toda una vida. Así que esta especie de catarsis me hace mucho bieny y no te imaginas cuánto, porque cuando le dibujaba las cosas que me pedía yo las hacía con gusto, como te dijey pero ahora después de cincuenta y pico de años me doy cuenta de que el dibujo fue el lenguaje que encontramos para comunicarnosy ¿no? Así que en ese sentido bendita sea esta mierda de la historieta, porque de una forma extraña fue el medio por el cual mi viejo y yo intercambiábamos cosas. Miráy capaz que si alguien nos miraba en ese momento no escuchaba nada, pero sobre nuestras cabezas aparecían y desaparecían los clásicos globitos de las historietas. Esto debe ser esa... catarsis, de la que siempre escuché hablar; pero que no sabía lo que era. Para resumir, me doy cuenta que por fin lo estoy perdonando porque en vida tuvimos esa relación extraña de la que te hablé pero nunca nos enojamos. Yo que soy cabrón y peleador jamás me agarré una verdadera bronca con mi viejo~, y debería haberlo hecho, Gonzalo, porque, ¿viste ese sentimiento que dejan los muertos de, puta, me quedó por decirle esto, lo otro, qué sé yo, esa sensación de que siempre queda algo en el tintero que la muerte hace que se quede para siempre en el tintero? Enrique Breccia (Buenos Aires, 1945) es artista plástico, historietista e ilustrador. Ha expuesto sus obras en galerías de París, Barcelona, Roma, Nueva York, Perugia y Zagreb. Entre sus historietas más conocidas se pueden destacar El sueñero, Alvar Mayor o Vida del Che (esta última realizada junto a su padre Alberto Breccia) así como las que creó para el sello Vértigo de DC Cómics: la serie Swamp Thinr y la novela gráfica Lovecraft.Reconocido a nivel internacional, entre otros premios en 2011 recibió en el Festival de Lucca el Gran Guinigi como Maestro de la historieta. Actualmente reside en Spoleto, Italia.