Esta es una historia inclusiva y necesaria, en un período muy poco estudiado y sólo relevado en forma parcial. Todas las expresiones teatrales se registran para lograr un panorama sin exclusiones. Los actores, dramaturgos, directores, escenógrafos, coreógrafos, músicos, son registrados, y se destaca especialmente el trabajo de las mujeres. El panorama teatral entre 1930 y 1956 sufre crisis y cambios. Además de afrontar los factores económicos, políticos y sociales, el teatro debe adaptarse a los cambios tecnológicos. Sin embargo, la criticada industria teatral, con crisis incluida, se mantiene y aún crece. Las compañías profesionales conviven con los grupos independientes que se desarrollan en la década del ´30, y con los grupos vocaciones y de le las colectividades. La autonomía relativa de las teatralidades responde a los cambios y sigue su propio camino, que pone de relieve la persistencia de la gente de teatro. Entre crisis, trágicos sucesos y felices acontecimientos, la función debe seguir.