Nunca se aportaron pruebas concluyentes de carácter documental o jurídico que probaran que el testamento hológrafo de Carlos Gardel fuera falso o no veraz, de modo que habilitara una impugnación o revocatoria de naturaleza judicial. Tampoco se probó, documentalmente, la desaparición de Charles Romuald Gardes por: denuncias policiales ante tribunales, órganos de prensa y radiales, partes de defunción militares o duelo manifiesto de su madre, Berthe Gardes. Por lo tanto su testamento permanece inconmovible en su condición veraz. No corresponde ampliar las observaciones críticas, analizadas, in extenso, en los diversos capítulos y artículos que componen el presente libro. Creemos, por lo tanto, que no estamos en igualdad de condiciones y posicionamiento, para ser partícipes de una polémica. Nuestra posición se nutre de documentos, por lo tanto, no llena esa condición. Se ajusta a una historiografía científica, que no convalida ser calificada de francesista o historia oficial. Creemos, honradamente, que los amigos orientales no abrevan en la misma ideología. Por esa misma circunstancia, en Uruguay, las dudas fueron explicitadas en los años recientes por las más altas representaciones del pueblo, a través de sus parlamentarios. El ejecutivo oriental, sin embargo no dio curso a la solicitud parlamentaria y se abstuvo, en tres oportunidades (1998-2003-2008) de requerir el ADN a la Argentina. Naturalmente, tanto la reiterada iniciativa Parlamentaria, y la negativa del Ejecutivo denuncia la radical orfandad documental que nos diferencia. Las presentes páginas dan fe de ello.